
Indudablemente que en mayo de 1968 fue Francia el centro de las actividades y rebeliones juveniles, por ese motivo pasó a la historia como “El mayo francés”. En esa ocasión, la movilización espontánea de la juventud tomó características que pueden denominarse como revolucionaria ya que se enterraron algunos mitos.
Si en la revolución francesa del S XVIII se rompió con el mito de la monarquía como única forma de organización de una sociedad y que esta derivaba directamente del mandato divino, en la revolución rusa con el mito de la propiedad privada como eje del progreso de las naciones o en la cubana del 59, con la implantación de un gobierno antiimperialista a pocos pasos del Gran Imperio, en el mayo del 68 se rompió con el mito del partido revolucionario como el dinamizador y único ejecutante de la voluntad revolucionaria de la clase. Y este mismo fenómeno se pudo observar simultáneamente en distintos puntos del mundo.
En Uruguay
El proceso por aquí se puede fijar arbitrariamente como comenzado en 1967, cuando un sector del movimiento obrero y del estudiantado comienza con duras críticas a sus dirigencias y con un principio de coordinación de acciones dentro de las centrales orgánicas, la Convención Nacional de Trabajadores (CNT) y la Fed. de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) ambas con direcciones que respondían mayoritariamente al Partido Comunista (PCU). Algunos Sindicatos en pleno y otras Listas internas de Sindicatos, forman lo que se da en llamar la Tendencia Revolucionaria, con un claro sentido antiparlamentarista y antiverticalista, participan de la misma compañeros anarquistas de diversas tendencias, algunas de franca oposición entre sí y varios grupos de izquierda marxista de diverso origen (menos PCU).
En un lugar muy especial se pueden destacar la fundación de Sindicatos de Trabajadores rurales como el de los arroceros SUDA fundado en 1955 el de los cortadores de caña Unión Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA) en 1962 promovido y orientado por Raúl Sendic, militante socialista que al optar por la lucha armada se aleja del partido, al cual acusa de reformista, y funda con otros militantes de distintas corrientes el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros. UTAA se destaca como un sindicato particularmente combativo en su metodología, desde sus comienzos, realiza varias marchas a Montevideo exigiendo la expropiación de tierras para ser entregadas a los trabajadores en forma cooperativa, en las diversas marchas van experimentando distinto grado de conciencia, hasta proponer la formación, en las tierras que piden ser expropiadas, (que son las 30.000 hectáreas de Silva y Rosas) de la Comunidad Tierra de Todos Lourdes Pintos, en homenaje a una compañera que falleció en una de las marchas; no puede dejarse de mencionar que esta decisión está bastante influenciada por el contacto mantenido en las diversas marchas con la Comunidad del Sur, experiencia de autogestión integral formada fundamentalmente por compañeros anarquistas.
Este recuento histórico, que no pretende ser más que anecdótico, sirve para ubicarnos en la fecha fijada, mayo del ‘68. Es en este 1º de Mayo, en que los compañeros de UTAA vinieron desde Artigas, en la frontera con Brasil y también Argentina (Bella Unión es el nombre de la ciudad) a participar en el acto de la central obrera. En principio tuvieron algunos altercados con los dirigentes de la CNT, pertenecientes al PCU, que les impiden hacer uso de la palabra durante el acto. Al terminar el mismo y durante la marcha hacia la Av. 18 de julio, pasando frente a la embajada de EEUU, arrojan algunas cañitas voladoras (fuegos artificiales) y la policía desencadena una terrible represión, los peludos* se defienden y se mantiene un combate durante un par de horas con la participación de muchísima gente que participa del enfrentamiento, principalmente los sindicatos de la Tendencia, que ya habían rodeado a los compañeros de UTAA, y que enfrentan a la policía montada que es, fundamentalmente la que ataca con sus sables y caballos, varios patinan y caen y muchos manifestantes quedan heridos y detenidos. Podemos decir que ese día se inició la más dura de las represiones que haya sufrido el pueblo oriental.
Las movilizaciones continúan en los días siguientes y las represiones no se quedan atrás. Fábricas, Liceos y Facultades ocupadas por sus trabajadores y sus estudiantes, el gobierno responde cerrando los liceos para evitar que los estudiantes se organicen, se aplican las llamadas Medidas Prontas de Seguridad, que es lo más parecido a un Estado de sitio, las organizaciones guerrilleras siguen atacando y denunciando, el humor, la sátira y la alegría forman parte sustancial de las movilizaciones. El arte también se hace presente, tanto en las pintadas callejeras como en el canto popular, la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA) orientada fundamentalmente por anarquistas y con un funcionamiento interno totalmente autogestionario y asambleario, participa con su arte en las movilizaciones, los grafitis propios y copiados de los franceses llenan las paredes de las facultades, liceos y en las calles.
El gobierno allana sindicatos, desaloja fábricas e irrumpe en la Universidad, rompiendo su autonomía. Los estudiantes responden en la calle con manifestaciones, barricadas y ocupaciones, se organizan contra-cursos con temas de actualidad e ideológicos, son muchos los enfrentamientos, en agosto es asesinado el primer estudiante en una manifestación, Liber Arce, una multitudinaria manifestación (más de 200.000 personas) acompañan sus restos hasta el cementerio, a la salida la furia de los estudiantes se manifiesta en la avenida principal, 18 de Julio, atacando locales de empresas yanquis y
rompiendo vidrios de algunos bancos.
La extranjerización de la banca y del comercio exterior, carta de intenciones firmada con el FMI y siguiendo sus indicaciones, forman parte de la política que se implanta en esta etapa y que el pueblo intenta resistir. En septiembre siguen las manifestaciones y la represión, nuevamente el luto entre los estudiantes, esta vez, en la puerta de la Universidad asesinan a Hugo de los Santos y a Susana Pintos, desde las barricadas hay compañeros que llaman a la organización autogestionaria a todos los niveles, seguirán los enfrentamientos. Los sindicatos de la Tendencia denuncian a los dirigentes que intentan conciliar con el gobierno aceptando pactar algunos acuerdos y frenando o encausando las luchas. Los estallidos de resistencia proletaria y estudiantil se fueron dando espontáneamente a medida que cada sector era directamente golpeado por la represión y en cada caso fueron quedando más o menos aislados. Las actuaciones solidarias fueron parcializadas y enredadas por la inacción de los aparatos “oficiales”, preocupados porque las cosas no pasaran a mayores.
La presencia de lo libertario
Como ejemplo reproducimos un volante:
Formemos en cada centro de estudios, en cada lugar de trabajo, en cada barrio, en cada núcleo ligado a una función social, Grupos de Acción Libertaria
Socialicemos desde ya la labor política. Que los programas, que las soluciones no sean señuelos o elementos de compra y venta, sino el fruto de un trabajo en común,
a) Para esa radical transformación cada grupo o núcleo que pretenda ser revolucionario deberá permitir la descentralización y la participación directa de sus integrantes.
b) En cada lugar de trabajo o de estudio se deberán proyectar las formas de autogestión, adecuadas y que en lo posible se pondrán en juego en situaciones de conflicto (ocupación de fábricas y puestas en funcionamiento bajo control obrero) o en coyunturas relativamente favorables (cogobierno en la Universidad, contra-cursos, seminarios, cooperativas obreras)
c) En cada barrio o localidad ir a la organización local que vaya abarcando y proyectando la auto-organización, es decir la gestión política directa en sus propios problemas y necesidades.
Grupos de Acción Libertaria
Este volante, distribuido en Agosto de 1968, cuando en Montevideo se asistía al entierro del primer mártir estudiantil, Liber Arce –militante de la Unión de la Juventud Comunista (UJC)–, se discutió en diversos centros estudiantiles y también fue publicado, con un largo comentario en el semanario de izquierda independiente “MARCHA”.
Las nuevas formas organizativas daban plafón para esta discusión. Los liceos se cerraron, los estudiantes los ocuparon o iban a otros centros populares a dar y recibir sus clases, –sus contra cursos– se discutía sobre métodos organizativos, la problemática del campo, la autogestión obrera.
Se rescata la consigna artiguista**:
La tierra para quien la trabaja y se le agrega el plural “quienes la trabajan” y se complementa con Expropiar los latifundios.
La organización popular fue en permanente crecimiento. Sindicatos de tendencia revolucionaria, lucha armada de distinto signo, experiencias autogestionarias; todo el aire respiraba un cambio profundo que se avi¬soraba “a la vuelta de la esquina”, los anarquistas, de todas las tendencias, tienen presencia activa en las diversas organizaciones y su metodología asamblearia es asumida por los diversos grupos.
Las movilizaciones populares a todos los niveles continuaron durante varios años más, la represión fue cada vez más dura, los dirigentes “oficiales” intentaron llevar la lucha al plano electoral y parlamentario, los grupos de la Tendencia intentaban profundizarla y fueron duramente atacados, el mayo del ‘68 quedaba como un hito en la historia del movimiento popular, el resto es una historia para otra nota o varios libros, algo se ha escrito, pero no viene al caso en estas líneas.
Los años transcurridos, las cárceles, compañeros muertos o desaparecidos, tanto aquí como en Argentina y los exilios sufridos a causa de la represión y autorepresión, nos obligan a un balance que todavía nos debemos.
Osvaldo Escribano
Colectivo editor Bisagra (Uruguay)
* Apelativo con que se nombra a los cortadores de caña.
**Relativo a José Artigas, héroe nacional que tiene muchos escritos sobre la tenencia de la tierra.